Durante el tratamiento analítico, el fenómeno del acting out "consiste en los intentos del paciente de usar la transferencia no solamente como una manera de rendir cuenta de los conflictos que se van movilizando, sino también de volver a vivirlos en relación con el analista. Algunas personas se conducen de este modo incluso fuera de la situación analítica. Sus actos, más que formas de actividad
racionalmente emprendida, son repetición de situaciones infantiles o intentos de poner fin a conflictos de la infancia. Utilizan una situación real, de algún modo vinculada, por asociación, con un conflicto reprimido, como una oportunidad de descarga".
Fenichel O., Teoría psicoanalítica de las neurosis, Buenos Aires, Paidós, 1966, pág. 565.
Definiciones.- Fuera del psicoanálisis, en el ámbito de la clínica psiquiátrica, la expresión acting-out designa "actos impulsivos, violentos, agresivos, delictivos (crimen, suicidio, atentado sexual, etc.); el sujeto pasa de una representación, de una tendencia, al acto propiamente dicho. Por otra parte, en su utilización clínica, este término no hace referencia a una situación transferencial" (1).
En psicoanálisis, acting-out es un término utilizado “para designar acciones que presentan casi siempre un carácter impulsivo relativamente aislable en el curso de sus actividades, en contraste relativo con los sistemas de motivación habitual del individuo, y que adoptan a menudo una forma auto o heteroargresiva. En el surgimiento del 'acting-out' el psicoanalista ve la señal de la emergencia de lo reprimido. Cuando aparece en el curso de un análisis (ya sea durante la sesión o fuera de ella), el 'actingout' debe comprenderse en su conexión con la transferencia y, a menudo, como una tentativa de desconocer radicalmente ésta” (2).
Implicancias clínicas.- Freud había afirmado que el analizado puede no recordar nada de lo olvidado o reprimido, sino que lo vive de nuevo a través de la transferencia. Es decir que no lo reproduce como recuerdo sino como acto: lo repite sin saber naturalmente qué es lo que repite. Así, "mientras el sujeto permanece sometido el tratamiento no se libera de esta obsesión por repetir, y acabamos por comprender que este fenómenos constituye su manera especial de recordar" (5).
Agrega más adelante que cuanto más intensa es la resistencia, más ampliamente quedará sustituído el recuerdo por la repetición (acto). Freud forzaba al paciente a una continua lucha por mantener en el terreno psíquico todo impulso que intentaba derivar hacia la motilidad, considerando un éxito de la cura si lograba conseguir algo por el recuerdo y no por la derivación al acto.
En este contexto, deberíamos diferenciar el acting-out dentro de la cura y fuera de ella. Freud nos da una pista al respecto cuando señala que "en modo alguno es deseable que el paciente, fuera de la transferencia, 'lleve a la acción' en lugar de recordar; lo ideal, para nuestra finalidad, sería que se comportase lo más normalmente posible fuera del tratamiento y que sólo manifestase sus reacciones anormales dentro de la transferencia" (7).
Según Laplanche, esta distinción parece responder a preocupaciones primordialmente técnicas, en el sentido de que el individuo que lleva a la acción los conflictos fuera de la cura sería menos accesible a la toma de conciencia de su carácter repetitivo, y capaz, fuera de todo control y de toda interpretación del analista, de satisfacer hasta el final, hasta el acto completo, sus pulsiones reprimidas (8).
Sin embargo, el acting-out tiene un elemento rescatable, como lo señalaron Fenichel y otros autores: el acting-out puede resultar un elemento positivo en la transferencia, ya que permite rescatar aspectos inconcientes que de otro modo resultan reprimidos.
Otro enfoque distinto es el que ve en el acting-out una manifestación netamente patológica. Por ejemplo, "la psicopatología del acting out se explicita como una técnica defensiva que se produce por la ruptura del precario equilibrio entre las partes neuróticas y psicóticas de la personalidad, con predominio de estas últimas. Su finalidad funcional es expulsar los aspectos psicóticos excesivos en un nuevo depositario y recuperar el precario equilibrio homeostático. Esto aparece en las sesiones como un ataque al encuadre para modificarlo según las necesidades y controlar con técnicas omnipotentes. El acting-out funcionaría pues como una 'válvula de seguridad' extrema que demarca la separación mínima entre neurosis y psicosis y procura evitar la caída en esta última" (6).
Implicancias teóricas.- Desde el punto de vista pulsional, el planteo que hace Fenichel resulta adecuado. Según este autor (3), el acting-out neurótico es una conducta que inconcientemente alivia la tensióninterna y produce una descarga parcial de los impulsos evitados. La situación presente, de algún modo asociada con el contenido reprimido, se usa como una ocasión para la descarga de energías. Como se ve, desde la postura de Fenichel el enfoque es predominantemente económico, y, más concretamente, sus consideraciones parecen relacionar el acting-out con un predominio del principio del placer por sobre el de realidad, ya que la conducta en cuestión parecería tender predominantemente a la descarga de tensiones que amenazan con perturbar el equilibrio interno.
Desde el punto de vista objetal, el acting-out podríamos entenderlo como el resultado del establecimiento de relaciones objetales perturbadas desde la infancia. Grimberg, por ejemplo, relaciona la dinámica del acting-out con la intolerancia psíquica frente a experiencias de pérdida (duelos infantiles no resueltos) y a la necesidad de evacuar el dolor en objetos externos.
Dicho autor remarca la importancia de la identificación proyectiva al respecto, y señala también que "tales pacientes han mantenido vínculos (predominantemente narcisistas) con objetos idealizados tratados ambivalentemente con admiración, envidia y avidez" (4). En cuanto a la relación con los padres, señala que los mismos no funcionaron como buenos y rechazaron los sentimientos de dolor, ansiedad y culpa persecutoria proyectados en ellos. De esta forma la madre identificó proyectivamente sus propios conflictos en el niño, incrementando la necesidad de éste de realizar el acting-out.
El enfoque objetal, como se ve, nos aclara los aspectos genético-evolutivos del acting-out, al referirlo a situaciones infantiles tempranas. Un intento en esta misma dirección lo realiza Greenacre, un autor que ha estudiado detenidamente el problema del acting-out.
Según este pensador, durante el segundo año de vida se estructuran el lenguaje y la deambulación, y parece haber un aumento de la actividad general. En aquellos individuos en que ha habido una perturbación severa en el periodo preverbal, la estructuración del lenguaje resulta dificultosa, y se conservan en cambio numerosas formas no verbales de comunicación (9). En el acting-out predominan justamente las formas no verbales de comunicación, originadas en perturbaciones más tempranas y manifiestas, por el uso de la acción como modelo de comunicación.
Las perturbaciones tempranas párecen estar relacionadas con las demandas insatisfechas de la etapa oral, con lo cual nuevamente volvemos al enfoque pulsional. Para Liberman (10), tales perturbaciones se relacionan con las dificultades del niño para transmitir su necesidad en un lenguaje apropiado.
De tal modo, si el objeto externo depositario no puede decodificarlas, no logra desempeñar el papel que el niño necesita para satisfacer su necesidad. El niño puede detectar sus necesidades internas y puede relacionarlas con el objeto que está en condiciones de satisfacerlas, pero no puede codificarlas adecuadamente para transmitir el mensaje que quiere transmitir. Como consecuencia de la insatisfacción, se refuerza el sufrimiento intrapsíquico y se incrementan las inclinaciones del Yo a recurrir al lenguaje de acción. Podríamos entender esta idea de Liberman diciendo que, como el niño no logró un aprendizaje del lenguaje verbal para expresar sus necesidades, recurre a la acción para hacerse entender en ese sentido.
Citas
(1) Laplanche J. y Pontalis J., "Diccionario de Psicoanálisis", Barcelona, Labor, 1981, 3° edición, página 6.
(2) Laplanche J. y Pontalis J., Op. Cit, páginas 5-6.
(3) Fenichel O., "Teoría psicoanalítica de las neurosis", Nova, Buenos Aires, 1957.
(4) Grimberg L., "Sobre acting-out y su rol en el proceso psicoanalítico", relato oficial al Congreso
Internacional de Psicoanálisis, 1967.
(5) Freud S., "Recuerdo, repetición y elaboración", Obras Completas, Amorrortu, Buenos Aires, 1996.
(6) Zac Joel, "Relación semana - fin de semana. Encuadre y acting-out", en Revista de Psicoanálisis,
editada por la APA, Tomo XXV, N°1, Enero-Marzo 1968, página 58.
(7) Freud S., "Compendio de Psicoanálisis", Obras Completas, Amorrortu, Buenos Aires, 1996.
(8) Laplanche J. y Pontalis J., Op. Cit. página 7.
(9) Greenacre P., "Problemas generales del acting-out", Revista Psicoanalítica (en inglés), 1950.
(10) Liberman D., "Enfoques conceptuales para la comprensión psicoanalítica de las psicopatías", en
"Psicoanálisis de la manía y la psicopatía", Paidós, Buenos Aires, 1966.
racionalmente emprendida, son repetición de situaciones infantiles o intentos de poner fin a conflictos de la infancia. Utilizan una situación real, de algún modo vinculada, por asociación, con un conflicto reprimido, como una oportunidad de descarga".
Fenichel O., Teoría psicoanalítica de las neurosis, Buenos Aires, Paidós, 1966, pág. 565.
Definiciones.- Fuera del psicoanálisis, en el ámbito de la clínica psiquiátrica, la expresión acting-out designa "actos impulsivos, violentos, agresivos, delictivos (crimen, suicidio, atentado sexual, etc.); el sujeto pasa de una representación, de una tendencia, al acto propiamente dicho. Por otra parte, en su utilización clínica, este término no hace referencia a una situación transferencial" (1).
En psicoanálisis, acting-out es un término utilizado “para designar acciones que presentan casi siempre un carácter impulsivo relativamente aislable en el curso de sus actividades, en contraste relativo con los sistemas de motivación habitual del individuo, y que adoptan a menudo una forma auto o heteroargresiva. En el surgimiento del 'acting-out' el psicoanalista ve la señal de la emergencia de lo reprimido. Cuando aparece en el curso de un análisis (ya sea durante la sesión o fuera de ella), el 'actingout' debe comprenderse en su conexión con la transferencia y, a menudo, como una tentativa de desconocer radicalmente ésta” (2).
Implicancias clínicas.- Freud había afirmado que el analizado puede no recordar nada de lo olvidado o reprimido, sino que lo vive de nuevo a través de la transferencia. Es decir que no lo reproduce como recuerdo sino como acto: lo repite sin saber naturalmente qué es lo que repite. Así, "mientras el sujeto permanece sometido el tratamiento no se libera de esta obsesión por repetir, y acabamos por comprender que este fenómenos constituye su manera especial de recordar" (5).
Agrega más adelante que cuanto más intensa es la resistencia, más ampliamente quedará sustituído el recuerdo por la repetición (acto). Freud forzaba al paciente a una continua lucha por mantener en el terreno psíquico todo impulso que intentaba derivar hacia la motilidad, considerando un éxito de la cura si lograba conseguir algo por el recuerdo y no por la derivación al acto.
En este contexto, deberíamos diferenciar el acting-out dentro de la cura y fuera de ella. Freud nos da una pista al respecto cuando señala que "en modo alguno es deseable que el paciente, fuera de la transferencia, 'lleve a la acción' en lugar de recordar; lo ideal, para nuestra finalidad, sería que se comportase lo más normalmente posible fuera del tratamiento y que sólo manifestase sus reacciones anormales dentro de la transferencia" (7).
Según Laplanche, esta distinción parece responder a preocupaciones primordialmente técnicas, en el sentido de que el individuo que lleva a la acción los conflictos fuera de la cura sería menos accesible a la toma de conciencia de su carácter repetitivo, y capaz, fuera de todo control y de toda interpretación del analista, de satisfacer hasta el final, hasta el acto completo, sus pulsiones reprimidas (8).
Sin embargo, el acting-out tiene un elemento rescatable, como lo señalaron Fenichel y otros autores: el acting-out puede resultar un elemento positivo en la transferencia, ya que permite rescatar aspectos inconcientes que de otro modo resultan reprimidos.
Otro enfoque distinto es el que ve en el acting-out una manifestación netamente patológica. Por ejemplo, "la psicopatología del acting out se explicita como una técnica defensiva que se produce por la ruptura del precario equilibrio entre las partes neuróticas y psicóticas de la personalidad, con predominio de estas últimas. Su finalidad funcional es expulsar los aspectos psicóticos excesivos en un nuevo depositario y recuperar el precario equilibrio homeostático. Esto aparece en las sesiones como un ataque al encuadre para modificarlo según las necesidades y controlar con técnicas omnipotentes. El acting-out funcionaría pues como una 'válvula de seguridad' extrema que demarca la separación mínima entre neurosis y psicosis y procura evitar la caída en esta última" (6).
Implicancias teóricas.- Desde el punto de vista pulsional, el planteo que hace Fenichel resulta adecuado. Según este autor (3), el acting-out neurótico es una conducta que inconcientemente alivia la tensióninterna y produce una descarga parcial de los impulsos evitados. La situación presente, de algún modo asociada con el contenido reprimido, se usa como una ocasión para la descarga de energías. Como se ve, desde la postura de Fenichel el enfoque es predominantemente económico, y, más concretamente, sus consideraciones parecen relacionar el acting-out con un predominio del principio del placer por sobre el de realidad, ya que la conducta en cuestión parecería tender predominantemente a la descarga de tensiones que amenazan con perturbar el equilibrio interno.
Desde el punto de vista objetal, el acting-out podríamos entenderlo como el resultado del establecimiento de relaciones objetales perturbadas desde la infancia. Grimberg, por ejemplo, relaciona la dinámica del acting-out con la intolerancia psíquica frente a experiencias de pérdida (duelos infantiles no resueltos) y a la necesidad de evacuar el dolor en objetos externos.
Dicho autor remarca la importancia de la identificación proyectiva al respecto, y señala también que "tales pacientes han mantenido vínculos (predominantemente narcisistas) con objetos idealizados tratados ambivalentemente con admiración, envidia y avidez" (4). En cuanto a la relación con los padres, señala que los mismos no funcionaron como buenos y rechazaron los sentimientos de dolor, ansiedad y culpa persecutoria proyectados en ellos. De esta forma la madre identificó proyectivamente sus propios conflictos en el niño, incrementando la necesidad de éste de realizar el acting-out.
El enfoque objetal, como se ve, nos aclara los aspectos genético-evolutivos del acting-out, al referirlo a situaciones infantiles tempranas. Un intento en esta misma dirección lo realiza Greenacre, un autor que ha estudiado detenidamente el problema del acting-out.
Según este pensador, durante el segundo año de vida se estructuran el lenguaje y la deambulación, y parece haber un aumento de la actividad general. En aquellos individuos en que ha habido una perturbación severa en el periodo preverbal, la estructuración del lenguaje resulta dificultosa, y se conservan en cambio numerosas formas no verbales de comunicación (9). En el acting-out predominan justamente las formas no verbales de comunicación, originadas en perturbaciones más tempranas y manifiestas, por el uso de la acción como modelo de comunicación.
Las perturbaciones tempranas párecen estar relacionadas con las demandas insatisfechas de la etapa oral, con lo cual nuevamente volvemos al enfoque pulsional. Para Liberman (10), tales perturbaciones se relacionan con las dificultades del niño para transmitir su necesidad en un lenguaje apropiado.
De tal modo, si el objeto externo depositario no puede decodificarlas, no logra desempeñar el papel que el niño necesita para satisfacer su necesidad. El niño puede detectar sus necesidades internas y puede relacionarlas con el objeto que está en condiciones de satisfacerlas, pero no puede codificarlas adecuadamente para transmitir el mensaje que quiere transmitir. Como consecuencia de la insatisfacción, se refuerza el sufrimiento intrapsíquico y se incrementan las inclinaciones del Yo a recurrir al lenguaje de acción. Podríamos entender esta idea de Liberman diciendo que, como el niño no logró un aprendizaje del lenguaje verbal para expresar sus necesidades, recurre a la acción para hacerse entender en ese sentido.
Citas
(1) Laplanche J. y Pontalis J., "Diccionario de Psicoanálisis", Barcelona, Labor, 1981, 3° edición, página 6.
(2) Laplanche J. y Pontalis J., Op. Cit, páginas 5-6.
(3) Fenichel O., "Teoría psicoanalítica de las neurosis", Nova, Buenos Aires, 1957.
(4) Grimberg L., "Sobre acting-out y su rol en el proceso psicoanalítico", relato oficial al Congreso
Internacional de Psicoanálisis, 1967.
(5) Freud S., "Recuerdo, repetición y elaboración", Obras Completas, Amorrortu, Buenos Aires, 1996.
(6) Zac Joel, "Relación semana - fin de semana. Encuadre y acting-out", en Revista de Psicoanálisis,
editada por la APA, Tomo XXV, N°1, Enero-Marzo 1968, página 58.
(7) Freud S., "Compendio de Psicoanálisis", Obras Completas, Amorrortu, Buenos Aires, 1996.
(8) Laplanche J. y Pontalis J., Op. Cit. página 7.
(9) Greenacre P., "Problemas generales del acting-out", Revista Psicoanalítica (en inglés), 1950.
(10) Liberman D., "Enfoques conceptuales para la comprensión psicoanalítica de las psicopatías", en
"Psicoanálisis de la manía y la psicopatía", Paidós, Buenos Aires, 1966.
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