sábado, 17 de enero de 2009

La mujer, como el hombre, víctima de la depresión económica

Las mujeres, en muchos casos, lograron la igualdad que buscaban. Pero la igualdad funciona en las buenas y en las malas.

En Estados Unidos son hoy víctimas del mal momento económico y se retiran de la fuerza laboral.

Desde los años 60 se vienen sumando, cada vez en mayor número, a las huestes de trabajadores. Ese proceso se detuvo por primera vez esta década y todo indica que se podría acelerar. Por cierto, por primera vez desde que apareció el "movimiento de la mujer" en Estados Unidos cayó el porcentaje de mujeres en el trabajo, según informa el Bureau of Labor Statistics. Cada una de las siete anteriores recuperaciones económicas ocurridas desde 1960 terminó con mayor porcentaje de mujeres en la fuerza laboral.

Cuando los economistas comenzaron a advertir esta tendencia hace dos o tres años, muchos pensaron que el retiro del empleo pago obedecía a un deseo de quedarse en casa, bien para criar hijos o porque sus maridos ganaban bien o porque sentían que debían manejar sus hogares.


Pero ahora surge una explicación diferente en los datos del gobierno, en la investigación realizada por varios economistas por encargo de una comisión del Congreso nacional.

Después de incursionar prácticamente en todas las ocupaciones posibles, las mujeres sufren en gran escala los mismos problemas que los hombres: momento económico difícil, despidos, tercerización, sueldos estancados o la perspectiva de reducción de sueldo. Y están respondiendo como los hombres, retirándose o desapareciendo por un tiempo.

El estudio de la comisión económica (Joint Economic Committee) da cuenta del creciente número de mujeres que dejan de trabajar ("en un pie de igualdad con los hombres") y concluye que eso podría tener nefastas consecuencias para la familia. "Las mujeres llevan a sus hogares alrededor de un tercio del ingreso familiar," dijo Carolyn Maloney, senadora demócrata por Nueva York y vicepresidenta de la comisión conjunta. "Y sólo las familias donde la mujer también trabaja han visto una mejora real en su nivel de vida."

La proporción de mujeres con empleo en lo que constituye su vida activa - 25 a 54 años - llegó a su punto culminante a principios del año 2000, con 74,9%, junto cuando estaba por explotar la burbuja de inversiones tecnológicas. Ocho años después, en junio, era 72,7%. La reducción es aparentemente pequeña, pero esos 2,2 puntos porcentuales borran más de 12 años de conquistas para las mujeres. Si hubiera predominado el viejo patrón de expansión que imperaba antes, habría cuatro millones más de mujeres trabajando en sus años más productivos. El patrón es similar entre las que tienen alto y bajo nivel de educación, entre las casadas y las que nunca lo hicieron, entre las madres con hijos adolescentes y las que tienen hijos pequeños, entre las blancas y las negras.

Las mujeres, en suma, están por primera vez retirándose del trabajo con la misma uniformidad que los hombres en la franja activa de su vida. 96% delos hombres tenía empleo en 1953, su año récord. Eso cayó a 86,4 % al día de hoy. La diferencia está en que cuando las mujeres dejan de trabajar, naturalmente se supone que es para atender su casa, algo que no ocurre con los hombres.

El retiro más notable se ve en la manufactura, donde más de un millón de mujeres desaparecieron de las nóminas desde 2001. Como los hombres, muchas no volvieron a empleos en otros sectores.

A veces es el estancamiento de los salarios lo que las desalienta para buscar otro empleo, dice Lawrence Katz, economista laboral de Harvard. El sueldo ya no está subiendo para las mujeres de 25 a 54. Por el contrario, el salario medio ha caído en los últimos años, de US$ 15,04 la hora en 2004 a US$ 14,84 en 2007, con ajuste por inflación, según el Economic Policy Institute. (Actualmente, el mismo salario para los hombres es dos dólares más).

Para las mujeres, eso es algo que no se había prolongado tanto desde los años 70, y como eso es una experiencia nueva para ellas, "muchas son más renuentes que los hombres a aceptar menos paga", dice Nancy Folbre, economista de la universidad de Massachusetts.
Fuente mercado

La anorexia y la vigorexia tendrían un origen genético común


Un nuevo estudio sobre gemelos sugiere que, en los hombres, la obsesión por la talla pequeña y la falta de desarrollo, conocida como trastorno de dimorfismo muscular o vigorexia, tendría el mismo origen genético que la anorexia nerviosa.

En cinco pares de gemelos, cada uno con un varón con anorexia, un equipo de investigadores en Finlandia halló una "responsabilidad familiar" en los problemas relacionados con el trastorno alimentario, como la depresión, el dimorfismo muscular y el trastorno obsesivo compulsivo.

Los resultados sugieren que todos los síntomas tienen raíces genéticas similares.

La anorexia nerviosa no es frecuente en los varones y el avance de la enfermedad casi no se conoce, explicó el equipo dirigido por Anu Raevuori, de la Universidad de Helsinki, en Finlandia.

Para comprender mejor cómo la enfermedad avanza en los hombres y para analizar los factores potencialmente familiares los autores identificaron a los cinco pares de gemelos de entre 2.122 que habían nacido en Finlandia entre 1975 y 1979.

Cada uno de los cinco hombres con anorexia había tenido sobrepeso antes de los 17 años, pero sus gemelos tenían peso normal a los 20.

"El sobrepeso temprano en los varones más vulnerables influía en el comienzo de las dietas, lo que, a la vez, provocaba anorexia nerviosa", escribió el equipo en International Journal of Eating Disorders.

Cuatro de los hombres con anorexia y cuatro de sus respectivos gemelos siempre habían sufrido un trastorno afectivo que, menos en uno de ellos, era depresión grave.

En todos los pacientes con anorexia nerviosa, el trastorno precedía a la aparición de la depresión.

Sólo uno de los participantes con anorexia recibió tratamiento.

Si bien todos se recuperaron de la enfermedad, conservaron algunos síntomas, como dimorfismo muscular, práctica excesiva de levantamiento de pesas y consumo de proteínas y otros suplementos para formar músculos.

Aunque los hombres padecieron anorexia durante un período relativamente corto, según observó el equipo, todos consideraron el trastorno alimentario como "un momento especialmente estresante" de sus vidas.

"Los sentimientos de vergüenza, aislamiento y alienación fueron frecuentes y surgieron del estigma doble de tener no sólo una enfermedad mental, sino también una enfermedad de mujer", concluyó el equipo.

El deterioro de la calidad de vida mental y física por el trastorno bipolar

La peor calidad de vida física podría ser consecuencia del uso del alcohol y del tabaco y de los efectos del tratamiento.

El trastorno bipolar conlleva una peor calidad de vida tanto mental como física, incluso en los períodos de normalidad, según concluyen los resultados de un estudio realizado en el Instituto de Neurociencias de la Universidad de Granada y la Unidad de Salud Mental del Hospital Neurotraumatológico de Jaén que han sido publicados en la revista The American Journal of Psichiatry, órgano oficial de la Asociación Americana de Psiquiatría.

El estudio, diseñado para evaluar la calidad de vida de los pacientes que sufren este tipo de trastorno, fue llevado a cabo con 108 pacientes y un grupo comparativo formado por 1.210 personas procedentes de una muestra de población general.

Dentro del grupo de pacientes, 48 de ellos se encontraban eutímicos, es decir, sin síntomas activos de la enfermedad; los 60 restantes (no eutímicos) presentaban síntomas relevantes en el momento de la evaluación.

El trastorno bipolar, conocido tradicionalmente como psicosis maníaco-depresiva, afecta aproximadamente a 3 de cada 100 personas y se caracteriza por la alternancia de episodios recurrentes de depresión (fases depresivas) y de períodos de gran euforia (fases maníacas). El afectado oscila intensamente (generalmente en semanas o meses) entre la alegría y la tristeza, además de gozar de otros periodos de normalidad (eutimia).

Atendiendo a los resultados, los investigadores señalaron que la peor calidad de vida física podría ser el resultado, cuando menos parcialmente, de un mayor uso de sustancias adictivas como alcohol y el tabaco, los efectos secundarios del tratamiento farmacológico a largo plazo y un estilo de vida más sedentario.

Además, señalaron que los pacientes que sufren una peor calidad de vida mental son quieres comenzaron a sufrir la enfermedad antes de los 20 años, quienes llevan más tiempo sufriéndola, quienes padecen el subtipo II de la enfermedad, quienes presentan dependencia del tabaco y quienes en el presente sufren síntomas depresivos. A su vez, los investigadores granadinos demostraron que tener un alto apoyo social (de la familia, por ejemplo) está asociado a una mejor calidad de vida en el paciente.

Otro de los aspectos revelado por el trabajo es que los síntomas depresivos (tristeza, apatía, cansancio, dificultad de concentración, insomnio, falta de apetito, etc.) afectan a la calidad de vida más que los síntomas maníacos (autoestima exagerada, desinhibición, verborrea, hiperactividad, aumento del apetito sexual), y que también producen más discapacidad o repercusión negativa en la capacidad para trabajar y para la vida familiar y social. En este sentido, explicaron que probablemente se deba a que los síntomas maníacos son más breves en el tiempo y responden bien a la medicación, mientras que los depresivos suelen ser más difíciles de eliminar por completo.

Obsesión a mentir

Víctor Ingrassia (La Nación). Faltar a la verdad en forma repetitiva es un problema patológico que suele comenzar durante la niñez

Para el poeta inglés Alexander Pope, "el que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera".

Quizá no sean veinte, pero sin duda ése es el comportamiento de quien no puede dejar de mentir en forma compulsiva y hace de esto un hábito de vida.

Si bien la mentira forma parte del ser humano desde su niñez, la conducta repetitiva de faltar a la verdad desde que uno tiene uso de razón deja de ser normal y se convierte en un problema patológico que hoy puede resolverse con la terapia adecuada.

"La compulsión es la base de todo tipo de trastorno obsesivo y la mentira repetitiva está relacionada con problemas en personalidades inflexibles y de conducta rígida", afirmó el doctor Eduardo Grande, jefe de la División Salud Mental del Hospital General de Agudos Teodoro Alvarez. Según el psiquiatra, la mentira compulsiva es difícil de manejar terapéuticamente porque se oculta tras otras conductas, como la compulsión por el juego o las adicciones.


Según estadísticas de 2005 del Servicio de Salud Mental del hospital, el 92% de los pacientes miente sobre el consumo de sustancias; el 25%, sobre el consumo de alcohol, y el 58%, sobre el juego patológico (ludopatía).

Una marca de la niñez

Aunque la personalidad del mentiroso compulsivo se manifiesta en la juventud o la adultez, los especialistas señalan que es durante la niñez cuando comienza a construirse.

Para el doctor Daniel Alberto Vidal, de la Asociación Argentina de Psiquiatría, mentir de chico "es una creación imaginativa espontánea común en los primeros años de vida, que forma parte del desarrollo psicoevolutivo normal". Como ejemplos señaló el mentir en los primeros diálogos con juguetes o mascotas y en los relatos de la vida cotidiana, que suelen adornar con situaciones y personajes imaginados.

"La conducta del mentiroso compulsivo tiene su raíz en los vínculos más primarios; es decir, aquellos que lo han formado como sujeto. En la niñez se forma su personalidad según la educación y el contexto en el que se vive. Está en constante asimetría con los adultos, por lo que se vale de mentiras inocentes para intentar igualarse", explicó la psicóloga Miriam Mazover, directora del Centro Dos.

Ahora, según la experta, el hecho de que los padres repriman las mentiras de su hijo le impide a éste generar una marca que lo caracterice y le suele dejar un trauma que se dará a conocer en la adultez. "Comienza a operar un mecanismo en la mente que quedó enquistado en la infancia, sin elaborar. Así, la mentira repetitiva toma el lugar del recuerdo fallido y surge en forma inconsciente", agregó Mazover.

Trastornos de la conducta

Según Vidal, existen cuatro tipos de manifestación de la mentira: la hecha en forma esporádica (todos alguna vez mentimos), la evolutiva (de niño), la que se dice como producto de un padecimiento sintomático (para obtener atención gracias a la creación de un falso personaje) y la efectuada como conducta repetitiva. Esta es la mitomanía, en la que se vive para y por la mentira.

"El mitómano utiliza la mentira como conducta de vida, falseando la verdad respecto de hechos, cosas y personas con el objeto de hacer un daño", destacó Vidal, psiquiatra del Departamento de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UBA.

Para Mazover, existen tres tipos de personalidad donde se asienta esa conducta obsesiva: la psicótica (producto de un delirio), la perversa (la mentira es un instrumento para falsear hechos y dichos) y la neurótica (el otro aparece como alguien que lo tiene todo y se necesita de la mentira para llamar su atención).

Según Mazover, la mentira compulsiva no es un motivo de consulta, pero sí subyace como un problema en el 35% de los pacientes tratados en el Centro Dos.

Cómo prevenir

Una forma de evitar que la mentira se transforme en una obsesión en la adultez es "no castigar a los chicos cuando dicen una mentira menor, ya que es propio de la imaginación infantil y forma parte de su maduración", explicó Vidal, para quien los padres deben explicar las diferencias entre fantasía y realidad.

Destacó, además, que el adulto que padece este trastorno en forma histriónica debe recurrir a terapia.

Pero para poder prevenir, es necesario detectar la conducta a tiempo. En este sentido, dos universidades estadounidenses difundieron en 2005 trabajos experimentales que sugieren que las mentiras podrían detectarse con un estudio de rutina. En uno, científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pennsylvania compararon imágenes obtenidas con resonancia magnética funcional del cerebro de sujetos cuando mentían y cuando decían la verdad. Según los resultados publicados en Nature, determinaron que las mentiras se pueden detectar con un 99% de precisión.

En el segundo estudio, expertos de la Universidad de California del Sur hallaron que el cerebro de los mentirosos compulsivos posee diferencias estructurales respecto de quienes dicen la verdad: en el lóbulo frontal tienen más sustancia blanca que materia gris.

Pero a pesar de que hay quienes aseguran que "todos los hombres nacen sinceros y mueren mentirosos", lo que acaba de leer es cierto... De verdad.

La salud mental

La salud mental es un asunto cotidiano que puede afectar a la familia, la escuela, el lugar de trabajo o las actividades de ocio.

Mientras que la buena salud mental contribuye al capital social, humano y económico de la sociedad, el estado contrario puede reducir drásticamente la calidad de vida de las personas afectadas y sus familias.

No se trata de un reto que se limite exclusivamente al sector de la asistencia sanitaria. La salud mental se encuentra entre las tres primeras causas de ausencia laboral y es uno de los motivos principales de jubilación anticipada o de disfrute de una pensión de invalidez.

Además, representa un coste importante para la sociedad que repercute en la economía, la educación, la asistencia social y los sistemas judicial y penitenciario.

Los trastornos mentales más habituales en la UE son la ansiedad y la depresión, si bien existen importantes desigualdades entre los Estados miembros y dentro de los mismos. Además, las iniciativas en este ámbito suelen presentar un panorama fragmentado.

Por estas razones, la protección y la promoción de la salud mental ocupan un lugar importante en el programa de actividades de la Unión Europea, que estudia en la actualidad una estrategia al respecto.

En el Libro Verde «Mejorar la salud mental de la población. Hacia una estrategia de la Unión Europea en materia de salud mental», publicado en octubre de 2005, se afirma que esta estrategia podría aportar un valor añadido mediante la creación de un marco de intercambio y cooperación entre los Estados miembros, las partes interesadas de los sectores afectados y la comunidad investigadora.

Además, podría incrementar la coherencia y actuar como interfaz entre la actuación política y la investigación.

Entre los principales objetivos de la estrategia de la UE en materia de salud mental figuran las actuaciones preventivas, la asistencia y el tratamiento, la lucha contra la estigmatización y la discriminación de las personas que padecen trastornos mentales y la mejora de la información y los conocimientos.

A título de ejemplo, cabe mencionar algunas de las actuaciones que se consideran cruciales, como son la mejora de las habilidades parentales, el fomento de una cultura participativa en el lugar de trabajo, las redes de apoyo social y la defensa de la inclusión social, los derechos humanos y la dignidad de las personas.

Fuente ec.europa.eu

El ejercicio no frena la depresión

Sólo las personas predispuestas a la actividad física muestran benefinicios psicológicos La actividad física está relacionada en las sociedades occidentales con una disminución de los síntomas de ansiedad y depresión.

Sin embargo, no es la adrenalina del deporte ni el sosiego experimentado después del esfuerzo psicomotor lo que aparta a los ciudadanos de desarrollar síntomas negativos en su estado de ánimo. Es la predisposición genética la que nos lleva a hacer ejercicio y a beneficiarnos psicológicamente de él, si se practica de manera voluntaria.

Numerosos artículos médicos publicados al respecto ponen de relevancia la influencia positiva del deporte en las personas con tendencia depresiva.

Sin embargo, los autores de la investigación publicada en el 'Archives of General Psychiatry' matizan que las muestras seleccionadas en los estudios precedentes sólo evaluaban a segmentos específicos de la población, más propensos a desarrollar tales efectos positivos en el desarrollo de los síntomas de ansiedad y depresión.

Los científicos, dirigidos por Marleen H. M. De Moor, han seleccionado una muestra de más de 8.500 personas de 18 a 50 años. En total, han evaluado los casos de 5.952 gemelos, 1.357 hermanos de los mismos (con carga genética emparentada pero no exacta) y unos 1.249 progenitores.

Desde 1991, los participantes recibieron cada dos años un cuestionario en el que ellos mismos reflejaban su estado de salud, modos de vida y rasgos de su personalidad de un modo detallado. El nivel de las actividades físicas desarrolladas por cada uno de los miembros de la muestra se midió a través de la llamada 'tasa metabólica equivalente' (MET), que contabiliza el gasto energético muscular que se experimenta con cada ejercicio. Mientras que los síntomas depresivos fueron agrupados en distimias, ataques de pánico, fobia social, comportamiento neurótico y ansiedad generalizada.
Gemelos exactos

Los individuos que realizaban ejercicio físico con más carga metabólica manifestaban un leve descenso de los síntomas de la depresión, sin embargo, la causa del buen estado de ánimo no provenía de las actividades en sí, sino de su comportamiento a la hora de realizar un ejercicio y su carácter voluntario.

Los datos de los gemelos monocigóticos, es decir, los genéticamente idénticos, fueron analizados con especial interés para determinar la importancia del deporte en el mantenimiento de una autoestima favorable. Sin embargo, los resultados arrojaron que el gemelo sometido a un mayor entrenamiento físico no mostró menos indicios de ansiedad o depresión que el que practicó deporte de una forma más moderada. Los síntomas, en caso de haberlos desarrollado, eran los mismos en ambos hermanos y, en ocasiones, incluso eran similares a los demás miembros de la familia. Además, los análisis mostraron, con el tiempo, que no se produjeron cambios de humor significativos en el gemelo que aumentó su nivel de ejercicio.

El resultado no fue igual, en cambio, en los gemelos fraternales, nacidos de dos óvulos fecundados de forma independiente. En estos casos, se observó que el hermano físicamente más activo mostraba menos síntomas de tendencia depresiva, cuestión que los científicos holandeses atribuyen a un componente genético distinto que hace que uno de ellos tenga más predisposición a practicar deporte de forma voluntaria, que sí mejoraría el estado de ánimo de las personas.

Los investigadores de la Universidad de Amsterdam (Holanda) han matizado que "se desconocen cuáles son exactamente los genes que pueden estar implicados en el comportamiento de las personas a la hora de realizar un ejercicio voluntario" (uno de los factores relacionados con la disminución de la ansiedad y la depresión), pero apuntan a la posibilidad de que la dopamina, la norepinefrina y la serotonina se encuentren entre los componentes.

Según recoge el estudio, "el ejercicio realizado de forma voluntaria en el tiempo libre está bajo la influencia de factores genéticos, mientras que el dirigido o supervisado por alguien está determinado por otros factores ambientales que no influyen en el estado de ánimo".

Aun así, los autores insisten en que los resultados "no quieren decir que el deporte no pueda beneficiar a aquellos con ansiedad o trastornos depresivos", sino que, al contrario de lo que se ha afirmado anteriormente, éste no tiene efectos similares a los antidepresivos o a las terapias cognitivas.

La ebriorexia

Anorexia y bulimia son dos enfermades que tienen a muchas familias en alerta. No dejan de crecer las enfermedades psicológicas relacionadas con la alimentación.

Ahora nace la ebriorexia, que es una conjugación de anorexia, bulimia y alcoholismo. No comer sometiéndose a una abstinencia alimenticia voluntaria, realizar un atracón y posteriormente provocar el vómito y como tónica dominante en ambas conductas, abusar de las bebidas alcohólicas, así es la ebriorexia.

Las famosas han sido las pioneras en esta enfermedad. Victoria Beckham, Lindsay Lohan, Tara Reid o Misha Burton han sido algunas de los personajes hollywoodenses que se han relacionado con esta enfermedad, pues han sido "pilladas" en numerosas ocasiones bajo los efectos del alcohol y su físico ha sido más de una vez criticado por lucir una extrema delgadez. Además, las visitas a los centros de desentoxicación no ha hecho más que agravar los rumores.
Victoria Beckham afirmó hace tiempo que intentaba combatir su delgadez consumiendo alcohol para meter más calorías en su cuerpo. Lindsay Lohan reconoció que padecía anorexia y su madre confirmó sus problemas con el alcohol, incluso los periodistas captaron imágenes de la actriz en una discoteca bebiendo vodka y tomando pastillas adelgazantes.

La obsesión por estar delgado, la creciente aceptación social sobre el consumo de drogas y bebidas alcohólicas, se combina con la moda de las rehabilitaciones, un peligroso cóctel responsable del aumento de la nueva enfermedad.

Solamente cabe esperar que las más jovencitas no sigan este absurdo "estilo de vida".