"Patrón de conducta persistente caracterizado por: un deseo o necesidad de continuar la actividad que se sitúa fuera del control voluntario; una tendencia a incrementar la frecuencia o cantidad de actividad con el paso del tiempo; dependencia psicológica de los efectos placenteros de la actividad; y un efecto negativo sobre el individuo y la sociedad (Walker, 1989)".
Belloch A y otros, Manual de Psicopatología, Volumen I, Madrid, McGraw-Hill, 1995, pág. 588.
Un número creciente de autores (Echeburúa, 1999; Griffiths, 1998) han identificado una serie de conductas potencialmente adictivas, incluyendo muchos comportamientos que no implican el consumo de drogas. Estas adicciones no químicas incluirían conductas como el juego, el sexo, el trabajo o las compras (Echeburúa, 1999). Fuentes: a) Echeburúa, E. (1999). ¿Adicciones sin drogas?. Las nuevas adicciones: juego, sexo, comida, compras, trabajo, internet. Bilbao: Desclee de Brower. b) Griffiths, M.D. (1998). Internet addiction: Does it really exist? En J. Gackenbach (Ed.), Psychology and the Internet: Intrapersonal, interpersonal and transpersonal implications (pp 61-75). New York: Academic Press.
Sin embargo, como señala Madrid López las adicciones psicológicas o no químicas no se encuentran incluídas como tales en el DSM–IV, en las que el término adicción se reserva para los trastornos producidos por el abuso de sustancias psicoactivas. En el DSM – IV (APA, 1994) las adicciones psicológicas vendrían incluidas en los trastornos del control de impulsos, tal como aparece el juego patológico. Fuente: Madrid López N, “La adicción a Internet”, en www.psicologia-online.com.
Según Echeburúa y Corral (1994) cualquier conducta normal placentera es susceptible de convertirse en un comportamiento adictivo. Se podrían hacer usos anormales de una conducta en función de la intensidad, de la frecuencia o de la cantidad de dinero invertida y, en último termino, en función del grado de interferencia en las relaciones familiares, sociales y laborales de las personas implicadas. Los componentes fundamentales de los trastornos adictivos serían la pérdida de control y la dependencia.
Fuente: Echeburúa, E. y Corral, P. (1994). Adicciones psicológicas: más allá de la metáfora. Clínica y Salud, 5, 251-258.
Indica Madrid López que uno de los aspectos que diferencian a una adicción psicológica de una adicción química es que la primera no tiene las terribles consecuencias físicas negativas que puede tener esta última. Aun así, en el caso de la adicción a Internet también se han señalado alguna consecuencia, sobre todo las derivadas de la privación de sueño (Young, 1999). La privación de sueño se produce por la inhabilidad del adicto a cortar la conexión, permaneciendo despierto hasta altas horas de la madrugada, lo cual podría dar lugar a fatiga, debilitación del sistema inmunitario y un deterioro de la salud. Fuentes:
a) Young, K.S. (1999). Internet addiction: symptoms, evaluation and tratament. En L. VandeCreek & T.
Jackson (Eds.) Innovations in Clinical Practice: A source book. Sarasota, FL: Professional Resource Press. b) Madrid López N, “La adicción a Internet”, en www.psicologia-online.com.
Finalmente (Cazau), podría consignarse otra diferencia de la adicción psicológica con la adicción de sustancias: mientras en éstas últimas el tratamiento implica abandonar la sustancia, en las primeras no está implicado el abandono de la conducta adictiva, ya que equivaldría a decir que para curarse, un adicto al sexo no debería tener nunca más sexo, un adicto al trabajo no trabajar nunca más o un adicto a Internet nunca más utilizar la red (Cazau P, Vocabulario de psicología, disponible en www.galeon.com/pcazau).
Belloch A y otros, Manual de Psicopatología, Volumen I, Madrid, McGraw-Hill, 1995, pág. 588.
Un número creciente de autores (Echeburúa, 1999; Griffiths, 1998) han identificado una serie de conductas potencialmente adictivas, incluyendo muchos comportamientos que no implican el consumo de drogas. Estas adicciones no químicas incluirían conductas como el juego, el sexo, el trabajo o las compras (Echeburúa, 1999). Fuentes: a) Echeburúa, E. (1999). ¿Adicciones sin drogas?. Las nuevas adicciones: juego, sexo, comida, compras, trabajo, internet. Bilbao: Desclee de Brower. b) Griffiths, M.D. (1998). Internet addiction: Does it really exist? En J. Gackenbach (Ed.), Psychology and the Internet: Intrapersonal, interpersonal and transpersonal implications (pp 61-75). New York: Academic Press.
Sin embargo, como señala Madrid López las adicciones psicológicas o no químicas no se encuentran incluídas como tales en el DSM–IV, en las que el término adicción se reserva para los trastornos producidos por el abuso de sustancias psicoactivas. En el DSM – IV (APA, 1994) las adicciones psicológicas vendrían incluidas en los trastornos del control de impulsos, tal como aparece el juego patológico. Fuente: Madrid López N, “La adicción a Internet”, en www.psicologia-online.com.
Según Echeburúa y Corral (1994) cualquier conducta normal placentera es susceptible de convertirse en un comportamiento adictivo. Se podrían hacer usos anormales de una conducta en función de la intensidad, de la frecuencia o de la cantidad de dinero invertida y, en último termino, en función del grado de interferencia en las relaciones familiares, sociales y laborales de las personas implicadas. Los componentes fundamentales de los trastornos adictivos serían la pérdida de control y la dependencia.
Fuente: Echeburúa, E. y Corral, P. (1994). Adicciones psicológicas: más allá de la metáfora. Clínica y Salud, 5, 251-258.
Indica Madrid López que uno de los aspectos que diferencian a una adicción psicológica de una adicción química es que la primera no tiene las terribles consecuencias físicas negativas que puede tener esta última. Aun así, en el caso de la adicción a Internet también se han señalado alguna consecuencia, sobre todo las derivadas de la privación de sueño (Young, 1999). La privación de sueño se produce por la inhabilidad del adicto a cortar la conexión, permaneciendo despierto hasta altas horas de la madrugada, lo cual podría dar lugar a fatiga, debilitación del sistema inmunitario y un deterioro de la salud. Fuentes:
a) Young, K.S. (1999). Internet addiction: symptoms, evaluation and tratament. En L. VandeCreek & T.
Jackson (Eds.) Innovations in Clinical Practice: A source book. Sarasota, FL: Professional Resource Press. b) Madrid López N, “La adicción a Internet”, en www.psicologia-online.com.
Finalmente (Cazau), podría consignarse otra diferencia de la adicción psicológica con la adicción de sustancias: mientras en éstas últimas el tratamiento implica abandonar la sustancia, en las primeras no está implicado el abandono de la conducta adictiva, ya que equivaldría a decir que para curarse, un adicto al sexo no debería tener nunca más sexo, un adicto al trabajo no trabajar nunca más o un adicto a Internet nunca más utilizar la red (Cazau P, Vocabulario de psicología, disponible en www.galeon.com/pcazau).
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