martes, 31 de marzo de 2009

¿Cómo se comportan los padres que establecen vinculaciones seguras?

Aunque los estudios se han centrado principalmente en las madres por ser en la mayoría de los casos sus principales cuidadoras, las siguientes pautas pueden aplicarse por igual a ambos progenitores.

Las madres de niños con vinculaciones seguras son más sensibles a las necesidades de sus hijos.

Responden de una manera apropiada y en el momento apropiado (por ejemplo, responder a la señales del bebé para detener, acelerar o disminuir la alimentación).

Apoyan al niño cuando quiere separarse de ellas y explorar el ambiente y le dan protección y seguridad cuando la necesita.

Dejan libertad al niño para elegir sus juguetes y establecer su propio ritmo de juego sin inmiscuirse o tratar de controlarlo; es decir, cooperan con la conducta del niño, en vez de interferir.

Muestran disponibilidad, paciencia y consistencia en su comportamiento.

Mantienen un clima afectuoso y positivo para la interacción.

Expresan más emociones positivas y menos negativas.

Saben bastante sobre sus hijos.

Disfrutan abrazándolos.

Otros factores que pueden influir en la calidad del apego

Relaciones entre los padres. Cuando son buenas es más probable que los hijos presenten un apego seguro. Los conflictos que quedan sin resolver entre ellos pueden afectar a la salud emocional de los niños.

El que exista o no un compañero sentimental no influye necesariamente en la seguridad del vínculo. Lo importante es la calidad de la relación dentro de la pareja y, en familias monoparentales, el comportamiento hacia el hijo y la capacidad para ocuparse de él adecuadamente. Por supuesto, tener el apoyo de otra persona (pareja, amigo, familiar...) siempre puede venir bien a la hora de criar a un hijo.

Acontecimientos estresantes. Algunos estudios han comprobado que los ansioso-ambivalentes han sufrido más acontecimientos desagradables en sus vidas, como malos tratos, enfermedades graves, abuso sexual, muerte de un progenitor y divorcio de los padres a una edad temprana. Los sucesos negativos aumentan la probabilidad de desarrollar un apego inseguro incluso aunque el comportamiento de los padres con el niño sea el adecuado.


Los hijos de madres drogadictas tienen más probabilidades de desarrollar un apego desorganizado, debido principalmente a la forma que tienen de comportarse estas madres: tienen más probabilidades de abandonar, rechazar o maltratar a sus hijos, son más insensibles a sus necesidades y los tocan y acarician menos. Sin embargo, si la madre abandona las drogas tras el nacimiento de su hijo, éste puede llegar a desarrollar un apego seguro.

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