Recientes investigaciones sugieren que el estrés puede activar las células inmunes en la piel, causando o acentuando enfermedades inflamatoria cutáneas, según los estudios de la Universidad de Medicina de Berlín publicados por la revista 'American Journal of Patology' .
Según estos estudios, el estrés puede desencadenar brotes en pacientes que sufren enfermedades cutáneas inflamatorias.
Hasta el momento, los estudios habían determinado que la percepción del estrés se mide a través de la relación entre la piel y el cerebro.
Sin embargo, poco se sabía sobre los medios por los que el estrés agrava las enfermedades de la piel.
En este sentido, los investigadores dirigidos por el doctor Petra Arck, de la Universidad de Medicina de Berlín y de la Universidad canadiense McMaster, lanzaron la hipótesis de que el estrés puede endurecer las enfermedades de la piel por un aumento del número de células inmunes.
Al probar esta hipótesis en ratones expuestos a grandes dosis de estrés, el doctor Arck consideró que este estrés dio lugar a un mayor número de glóbulos blancos sobre la piel. Además, el estrés activó las células inmunitarias, que son fundamentales en la puesta en marcha y perpetuación de las enfermedades de la piel.
Los próximos estudios del grupo de investigación del doctor Arck se centrarán en cómo evitar este estrés mediante el reconocimiento de las personas en situación de riesgo y en la identificación de las células inmunitarias adecuadas para ser objeto de intervenciones terapéuticas.
Según estos estudios, el estrés puede desencadenar brotes en pacientes que sufren enfermedades cutáneas inflamatorias.
Hasta el momento, los estudios habían determinado que la percepción del estrés se mide a través de la relación entre la piel y el cerebro.
Sin embargo, poco se sabía sobre los medios por los que el estrés agrava las enfermedades de la piel.
En este sentido, los investigadores dirigidos por el doctor Petra Arck, de la Universidad de Medicina de Berlín y de la Universidad canadiense McMaster, lanzaron la hipótesis de que el estrés puede endurecer las enfermedades de la piel por un aumento del número de células inmunes.
Al probar esta hipótesis en ratones expuestos a grandes dosis de estrés, el doctor Arck consideró que este estrés dio lugar a un mayor número de glóbulos blancos sobre la piel. Además, el estrés activó las células inmunitarias, que son fundamentales en la puesta en marcha y perpetuación de las enfermedades de la piel.
Los próximos estudios del grupo de investigación del doctor Arck se centrarán en cómo evitar este estrés mediante el reconocimiento de las personas en situación de riesgo y en la identificación de las células inmunitarias adecuadas para ser objeto de intervenciones terapéuticas.
Fuente blogs.periodistadigital.
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