La depresión y la ansiedad elevan el riesgo de engancharse a la Red.
Si su hijo es taciturno, se aísla, no está interesado por el sexo ni por las relaciones sociales y se muestra frío, seguramente él sea la razón de que su línea ADSL esté echando humo a todas horas.
Un nuevo estudio constata que los adolescentes con ciertos trastornos de personalidad y problemas de relación prefieren los amigos virtuales a los reales.
Puede que, en parte, porque en la Red no se ven inmediatamente excluidos ni rechazados por sus dificultades para comunicarse o entablar amistad.
Vijay Mittal, del departamento de Psicología de la Universidad Emory (en Atlanta, EEUU), ha llevado a cabo un estudio que constata que tanto los adolescentes con el trastorno esquizotípico de la personalidad (TEP), como los que padecen otros problemas mentales, dedican poco tiempo a las relaciones sociales pero, a cambio, pasan más tiempo en chats o en juegos on-line en comparación con los chavales mentalmente sanos.
Los afectados de TEP, el 1% de la población, son aquéllos que ni desean ni disfrutan con las relaciones sociales, muestran frialdad emocional, no suelen tener amigos y tampoco manifiestan interés por las relaciones sexuales.
"Este trastorno no se debe confundir con la esquizofrenia. En general, son personas que se comportan de forma un poco extraña y tienen creencias poco comunes (supersticiones, brujería...) a las cuales se adhieren tan fuertemente que se aíslan y no tienen relaciones interpersonales normales", señala a elmundo.es Manuel de Gracia Blanco, del departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias de la Educación (Universidad de Gerona).
Precisamente, este experto, en colaboración con el Departamento Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad Politécnica de Cataluña, ha liderado recientemente un estudio que confirma la relación entre problemas mentales y el uso de Internet. El trabajo ha sido realizado tras difundir un cuestionario 'on line' durante cuatro semanas, al que respondieron 1.664 internautas. "De todos ellos un 4,9% reconoció tener problemas frecuentes relacionados con el uso de internet", señala el estudio, publicado en la revista 'Anales de Psicología'.
Estos conflictos hacen referencia principalmente a perder la noción del tiempo cuando se está enganchado al ciberespacio; robarle dedicación a los estudios o al trabajo y perjudicar las relaciones con la familia o los amigos por la obsesión por navegar. "Los que confiesan sufrir estas consecuencias son además los que presentan mayores niveles de ansiedad y disfunción social", confirma el ensayo español.
"El uso de Internet se ha asociado a síntomas psiquiátricos. Hay bibliografía que establece que aquéllos que pasan demasiadas horas al día en la red durante las jornadas no laborables sufren enfermedades mentales. Existen también estudios que constatan que los jóvenes que reconocen sentirse más solos son los que dedican su ocio al ciberespacio", aclara el doctor Mittal.
Enganchados al chat pero no al e-mail
En este sentido, y tras comparar el uso diario de la Red en 19 adolescentes de entre 12 y 18 años afectados de TEP con otros 22 chavales con otros problemas de personalidad y con otros 28 mentalmente sanos, los autores han constatado que los menores con más sintomatología del trastorno esquizotípico eran los que invertían más tiempo chateando.
"Teniendo en cuenta los déficits sociales observados en el TEP, se sospechaba que los adolescentes con el trastorno pasan una mayor cantidad de tiempo en Internet. Los resultados obtenidos por el trabajo estadounidense apoyan esta hipótesis", recuerda Manuel de Gracia Blanco.
La única excepción a este patrón de un uso abusivo de la Red por parte de los chavales con TEP es el correo eléctronico, donde no se encontraron diferencias entre los tres grupos de participantes. Este hecho se explica porque se requiere de una red social de amigos previa para poder mandar e-mail.
"En la medida en que las relaciones sociales de los adolescentes con TEP son limitadas, también lo serán las opciones de relacionarse a través del correo electrónico con personas conocidas", insiste el profesor de Gerona.
Perfil de riesgo
Para este especialista la novedad del ensayo liderado por Mittla "reside en relacionar patrones conductuales de uso de Internet y un determinado trastorno de la personalidad. El trabajo completa los estudios ya existentes sobre otras patologías psiquiátricas y el uso de la Red, sobre todo en población adolescente".
Precisamente, otra investigación reciente realizada en Corea del Sur "uno de los países, junto a Taiwán, donde más se está estudiando el empleo de la Red, ha establecido un perfil de riesgo en el uso abusivo de Internet por adolescentes con mayores niveles de depresión, ansiedad o aislamiento social. Aunque la llamada adicción a internet, más que una causa parece una consecuencia de dichos trastornos", agrega Manuel de Gracia Blanco.
Tanto este experto como los autores de los trabajos mencionados llaman la atención sobre la necesidad de establecer estrategias efectivas para identificar a los chavales con problemas mentales que tienen más riesgo de convertirse en ciberadictos con el fin de prevenir problemas más graves en un futuro.
Si su hijo es taciturno, se aísla, no está interesado por el sexo ni por las relaciones sociales y se muestra frío, seguramente él sea la razón de que su línea ADSL esté echando humo a todas horas.
Un nuevo estudio constata que los adolescentes con ciertos trastornos de personalidad y problemas de relación prefieren los amigos virtuales a los reales.
Puede que, en parte, porque en la Red no se ven inmediatamente excluidos ni rechazados por sus dificultades para comunicarse o entablar amistad.
Vijay Mittal, del departamento de Psicología de la Universidad Emory (en Atlanta, EEUU), ha llevado a cabo un estudio que constata que tanto los adolescentes con el trastorno esquizotípico de la personalidad (TEP), como los que padecen otros problemas mentales, dedican poco tiempo a las relaciones sociales pero, a cambio, pasan más tiempo en chats o en juegos on-line en comparación con los chavales mentalmente sanos.
Los afectados de TEP, el 1% de la población, son aquéllos que ni desean ni disfrutan con las relaciones sociales, muestran frialdad emocional, no suelen tener amigos y tampoco manifiestan interés por las relaciones sexuales.
"Este trastorno no se debe confundir con la esquizofrenia. En general, son personas que se comportan de forma un poco extraña y tienen creencias poco comunes (supersticiones, brujería...) a las cuales se adhieren tan fuertemente que se aíslan y no tienen relaciones interpersonales normales", señala a elmundo.es Manuel de Gracia Blanco, del departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias de la Educación (Universidad de Gerona).
Precisamente, este experto, en colaboración con el Departamento Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad Politécnica de Cataluña, ha liderado recientemente un estudio que confirma la relación entre problemas mentales y el uso de Internet. El trabajo ha sido realizado tras difundir un cuestionario 'on line' durante cuatro semanas, al que respondieron 1.664 internautas. "De todos ellos un 4,9% reconoció tener problemas frecuentes relacionados con el uso de internet", señala el estudio, publicado en la revista 'Anales de Psicología'.
Estos conflictos hacen referencia principalmente a perder la noción del tiempo cuando se está enganchado al ciberespacio; robarle dedicación a los estudios o al trabajo y perjudicar las relaciones con la familia o los amigos por la obsesión por navegar. "Los que confiesan sufrir estas consecuencias son además los que presentan mayores niveles de ansiedad y disfunción social", confirma el ensayo español.
"El uso de Internet se ha asociado a síntomas psiquiátricos. Hay bibliografía que establece que aquéllos que pasan demasiadas horas al día en la red durante las jornadas no laborables sufren enfermedades mentales. Existen también estudios que constatan que los jóvenes que reconocen sentirse más solos son los que dedican su ocio al ciberespacio", aclara el doctor Mittal.
Enganchados al chat pero no al e-mail
En este sentido, y tras comparar el uso diario de la Red en 19 adolescentes de entre 12 y 18 años afectados de TEP con otros 22 chavales con otros problemas de personalidad y con otros 28 mentalmente sanos, los autores han constatado que los menores con más sintomatología del trastorno esquizotípico eran los que invertían más tiempo chateando.
"Teniendo en cuenta los déficits sociales observados en el TEP, se sospechaba que los adolescentes con el trastorno pasan una mayor cantidad de tiempo en Internet. Los resultados obtenidos por el trabajo estadounidense apoyan esta hipótesis", recuerda Manuel de Gracia Blanco.
La única excepción a este patrón de un uso abusivo de la Red por parte de los chavales con TEP es el correo eléctronico, donde no se encontraron diferencias entre los tres grupos de participantes. Este hecho se explica porque se requiere de una red social de amigos previa para poder mandar e-mail.
"En la medida en que las relaciones sociales de los adolescentes con TEP son limitadas, también lo serán las opciones de relacionarse a través del correo electrónico con personas conocidas", insiste el profesor de Gerona.
Perfil de riesgo
Para este especialista la novedad del ensayo liderado por Mittla "reside en relacionar patrones conductuales de uso de Internet y un determinado trastorno de la personalidad. El trabajo completa los estudios ya existentes sobre otras patologías psiquiátricas y el uso de la Red, sobre todo en población adolescente".
Precisamente, otra investigación reciente realizada en Corea del Sur "uno de los países, junto a Taiwán, donde más se está estudiando el empleo de la Red, ha establecido un perfil de riesgo en el uso abusivo de Internet por adolescentes con mayores niveles de depresión, ansiedad o aislamiento social. Aunque la llamada adicción a internet, más que una causa parece una consecuencia de dichos trastornos", agrega Manuel de Gracia Blanco.
Tanto este experto como los autores de los trabajos mencionados llaman la atención sobre la necesidad de establecer estrategias efectivas para identificar a los chavales con problemas mentales que tienen más riesgo de convertirse en ciberadictos con el fin de prevenir problemas más graves en un futuro.
Fuente elmundo.es
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